
Tras esta mujer de 37 años y figura oculta por anchos ropajes de intrépido explorador nadie reconocería a la diosa del porno de los años 90 Gina Wild. Tras esos cabellos cortos, rubios y casi siempre sucios, su piel clara y la ausencia total de cosméticos, resulta imposible entrever a la exuberante actriz de esa otra faceta del cine, con su largo y sedoso cabello dorado y unas lentillas azul cielo que derritieron a tantos espectadores.


Michaela Schaffrath, nacida en 1970 como Michaela Jänke, se ha convertido en estos días en una suerte de madre de la decena de participantes en la segunda edición del exitoso reality show de la televisión RTL alemana Soy una estrella, sáquenme de aquí. Una madre seca, organizadora, que cuida a los heridos televisivos y que tiene, además del título de enfermera, dos premios Venus en su casa. Los considerados Oscar de su antigua especialidad cinematográfica.

La fórmula televisiva del éxito es conocida, aunque tal vez no recomendable en esta ocasión para estómagos sensibles. Se toman 10 famosos en horas bajas, se les pertrecha en un mayorista de ropa de aventuras y se les confina a una impracticable selva.

Allí, los concursantes, alimentados a base de arroz y judías, deberán enfrentarse a las más perversas pruebas que oscilan entre el asco y la tortura como filosofía existencial, según denuncian sus detractores


Grosso modo, los aspirantes comerán cucarachas, colas de rata, ojos de pez y gusanos mientras realizan sorprendentes pruebas como cruzar un río con la cabeza metida en un cilindro transparente en el que al poco se introducen tres juguetonas ratas, o arrastrarse por una oscura madriguera cuajada de insectos. Todo elaborado por los guionistas a partir de las fobias confesadas previamente por cada famoso. E irán cayendo en ellas si el publico les nomina.

Hasta el momento Schaffrath ha cumplido eficazmente con las misiones encomendadas en este programa que arrancó el 11 de enero y que, según destaca el popular Bild, incluyen comer patas y ojos de cocodrilo, así como testículos de canguro. «Me avergüenza haber llorado tanto», ha afirmado esta mujer que reconoce haber descubierto que el pelo corto «es más práctico» y que «las mujeres sin maquillaje transmiten mucho más erotismo».

Y gracias al accidente que tuvo uno de los concursantes en las pruebas, ha recuperado ante las cámaras su primer oficio antes que actriz, enfermera.



Con esmero de madre ha recordado aquellos 10 años que trabajó especializada en discapacidades infantiles en un centro médico de su natal Eschweiler, en el estado de Renania-Wesfalia. En 1994 conoció a su hoy ex marido Alex Schaffrath y juntos grabaron una película porno doméstica a las órdenes del conocido director del género Harry S. Morgan.

Fue el despegue, ya que el propio Morgan acabaría rodando con Michaela en el papel estelar hasta ocho películas. Y en 1999 y 2000 llegaron los Venus, de la mano del legendario Rocco Siffredi.

Pero en 2000, repentinamente, la señora de Schaffrath decide cortar por lo sano y a partir de ese momento trabajará en decenas de series de televisión como actriz con vestuario a tiempo total, siendo un rostro habitual en las pequeñas pantallas de Alemania.

Su única salida de tono se produjo en otro programa basura de televisión en el que acabó en un cuadrilátero de boxeo, vestida para la ocasión, frente a Samantha Fox. Corría octubre de 2002. Un año más tarde sería un éxito de ventas el audiolibro Yo, Gina Wild y se convertiría en carnaza de la prensa sensacionalista al ser localizada trabajando a tiempo parcial en un burdel de Fráncfort. «Soy adicta al sexo», admitía en aquellos días

En 2005 su divorcio ocupó durante semanas las portadas de dicha prensa. Poco antes de empezar el actual programa, y en medio de una oleada de entrevistas a diestro y siniestro por parte de los participantes, Michaela anunció que había rechazado una oferta de un millón de euros de un productor suizo para volver a salir desnuda en una escena de sexo hardcore. Por ahora mantiene su palabra.

«He descubierto que las mujeres sin maquillaje transmiten mucho más erotismo»

1970: Nace en Eschweiler, donde estudia enfermería y ejerce 10 años. 1994: Se casa y protagoniza con su marido una película porno casero que supone su lanzamiento como Gina Wild. 1999: Gana su primer premio Venus como actriz revelación. 2000: Anuncia que abandona el porno. 2003: Confiesa que es «adicta al sexo» tras ser descubierta trabajando en un burdel de Fráncfort. 2008: Entra en el reality Soy una estrella, sáquenme de aquí.
